Los artesanos, joyeros y orfebres Medievales.

Los materiales de trabajo de los orfebres medievales eran de mucha importancia, según los escritos del abad Suger de Saint-Denis, cerca de París, en el siglo XII, habla que las vasijas de la iglesia deben estar hechas solo de materiales preciosos porque deben ser dignos del servicio divino. El alto nivel artístico de la mano de obra fue un criterio importante en cuando se le daba valor de una joya. De hecho, los materiales, la experiencia del orfebre y la precisión de la mano de obra finalmente trascendieron en el valor inherente de la sustancia.

Tabernáculo Medieval

En la Edad Media, las joyas fueron creadas no solo por artesanos especializados que trabajaban en joyería, sino por orfebres que también fabricaban una gran variedad de otros objetos, como cruces, relicarios, santuarios, vasos litúrgicos y seculares (cálices, custodias, etc. tabernáculos, incensarios, platos, candelabros, portadas de libros, croziers o báculos, utensilios de lujo, monedas, sellos, etc.). Muchos orfebres también trabajaban en plata y otros metales como bronce, mientras que algunos artistas trabajaban solo en plata como los orfebres. El término "joyero" apareció en fuentes medievales, pero su significado para ese tiempo no estaba claro. Probablemente no se refiere a fabricantes de joyas, sino a comerciantes, tasadores o cortadores de piedras preciosas, o bien minoristas de joyas.

Cuadro de Gerard David, utencilios de la iglesia

Había orfebres monásticos y seculares trabajando en la Edad Media. En la Edad Media anterior, la producción tuvo lugar predominantemente en un entorno monástico; más tarde, sin embargo, la producción de joyas se asoció estrechamente con los tribunales de los gobernantes y de la nobleza.  A finales de la Edad Media, los orfebres urbanos adquirieron el papel principal en la producción de las obras de orfebrería. Trabajaron en talleres independientes pero se organizaron en gremios, asociaciones de artesanos, que controlaban y regulaban las actividades de sus miembros. 

Libro de artesanías,
de Etiene Boileau

La membresía en gremios era obligatoria, pero también ofrecía grandes ventajas: los gremios brindaban seguridad y protegían los intereses de sus miembros. Los gremios controlaron los precios y la calidad de los productos y también determinaron la duración y el sistema de capacitación y aprendizaje. El creciente número de orfebres, con la expansión urbana y el crecimiento del comercio en el siglo XIII y principios del siglo XIV, hicieron que las regulaciones de los gremios fueran más necesarias en la Edad Media posterior. En la formación de estas regulaciones, escritas en “elLivre des Métiers” (Libro de artesanías), redactado por el alcalde de París Etienne Boileau alrededor de 1268, tuvo un gran papel, proporcionando un modelo importante para regulaciones similares en otras ciudades y otros pueblos europeos.

Existen muchas fuentes en esos tiempos, principalmente documentos legales y registros relacionados con las actividades de estos gremios, brindan información sobre los nombres de los orfebres urbanos, sus familias y herederos, sus alojamientos, locales de talleres, puestos y grados dentro del taller y el gremio o cualquier puesto ocupado en la sociedad. Sin embargo, casi ninguna fuente sobrevive gracias a la formación de orfebres, sus métodos para impartir su experiencia relacionada con las técnicas, el grado de libertad artística que tenían en la creación de piezas particulares o la relación artística y comercial entre los diversos artesanos y talleres... Sobre la base de los dibujos sobrevivientes, se puede afirmar que los pintores frecuentemente suministraban a los orfebres diseños para joyas.  A finales de la Edad Media, las descripciones de los talleres son raras, pero sobreviven numerosos contratos que nombran al artesano, el mecenas, el objeto que se creará y el precio que se pagará por él. Los contratos ocasionalmente también incluyen información sobre cuestiones técnicas. Los inventarios de posesión, adjuntos a los últimos testamentos o elaborados en ocasiones especiales en las residencias de nobles y comerciantes ricos, a menudo también se refieren a las obras de los orfebres, aunque estas entradas suelen ser muy básicas y poco informativas, y por lo tanto, generalmente es imposible asociar con obras de arte sobrevivientes.

Sobre la base de fuentes escritas, es posible obtener una idea aproximada de la gran cantidad de orfebres en ejercicio en las ciudades medievales más importantes. En el siglo XIII, solo en París había 116 orfebres y joyeros, como resultado de una lista de impuestos elaborada en 1292. En muchas otras ciudades francesas, también, el número de orfebres crecía de manera continua y significativa. Debido a esto, en 1275 el rey francés Phillippe le Hardi ordenó a todos los plateros en Francia que marcaran sus productos con marcas distintivas. En Londres, en 1368 la London Company of Goldsmiths tenía 135 orfebres como miembros, y tales marcas se han utilizado en Inglaterra desde 1300.

Aunque la Peste Negra en 1348 causó una disminución temporal en el crecimiento del comercio de los orfebres, su número aumentó significativamente nuevamente en el siglo XV. Además de Londres y París, varias ciudades europeas, especialmente Brujas, Utrecht, Lübeck, Florencia, Estrasburgo y Colonia, se convirtieron en los principales centros de actividades de los orfebres. Entre finales del siglo XIV y el siglo XVI, el número de orfebres en Colonia superó los 120. En Londres, había más de 400 orfebres en 1465, registrado por un visitante de la ciudad, Leo de Rozmital.

Algunos de los orfebres más exitosos disfrutaban del patrocinio real continuo. El ejemplo del trabajo de dos orfebres ingleses muestra hasta qué punto se empleó a un orfebre reconocido y los puestos importantes que podía cumplir. Para la boda del rey Enrique III, el orfebre William de Gloucester, más tarde el orfebre del rey, preparó joyas por valor de £ 55 y 11 guirnaldas de oro por valor de £ 58. En otras ocasiones, preparó joyas y coronas como regalos para los parientes del rey y los gobernantes extranjeros. En un solo año,en 1253, por ejemplo, se suministró 141 anillos y muchos broches, fajas y otros tipos de trabajos de orfebrería al rey. William de Gloucester estuvo incluso involucrado en la producción de monedas; de hecho, las primeras monedas de oro acuñadas en Inglaterra son su único trabajo sobreviviente. Otro orfebre inglés, Sir Edmund Shaa, rico y caritativo, tuvo una carrera igualmente espectacular en el siglo XV. Fue empleado por la realesa y se convirtió en Primer Guardián de la Compañía de Orfebres y Alcalde de Londres, e incluso fue nombrado caballero por apoyar a su rey, Ricardo III.

Retrato de John de Leeuw

En lo que respecta a la posición social del orfebre medieval tardío, los retratos contemporáneos confirman más las fuentes escritas muestran a los orfebres seculares como hombres prósperos con gran ropa lujosa. El retrato de John de Leeuw de Jan van Eyck , decano del gremio de orfebres en Brujas , fechado en 1436, retrata a un hombre digno e inteligente vestido con una elegante túnica oscura con un cuello de piel y sosteniendo un anillo de oro engastado con un gran rubí en su mano derecha como signo de su profesión (Kunsthistorisches Museum, Viena).  

Otro retrato de van Eyck, c. de 1430, representa a un orfebre desconocido de una manera similarmente elegante, con un tocado muy elaborado (Museo de Arta, Bukarest).

Desconocido, Van Eyck, Museo de Arta, Bukarest

En el retrato de Gerard David de un orfebre desconocido, C. 1500, un hombre bien vestido, de aspecto serio y reconocido prestigio social, usa un gran anillo de sello en su mano derecha, en el que sostiene un rollo de pergamino con anillos. Se quitó uno de estos con la mano derecha y parece estar a punto de entregarlo a un cliente potencial (Kunsthistorisches Museum, Viena). Los orfebres seculares, de hecho, a veces acumularon una riqueza considerable debido a la naturaleza preciosa de los materiales con los que trabajaban. Los principales miembros de los gremios a menudo también tenían cargos políticos importantes, como ser representantes en el consejo municipal.

Escrito por: Alejandro Glade R.