Al igual que en los adultos, en
los niños las primeras decoraciones antiguas aparecieron en forma de amuletos y
talismanes. Objetos de Mar y océano como conchas, las maderas y los collares
con cuentas de piedra son lo que los arqueólogos de todo el mundo han
encontrado. También se ha encontrado joyería rara con de huesos de animales,
que parecen haber sido hechos para proteger a los jóvenes propietarios del daño
y de los espíritus malignos.
Y por último en los últimos períodos debemos
incluir la decoración con diferentes metales, en forma de pulseras, colgantes, y aros. Joyería que se ha
mantenido sin muchos cambios hasta ahora. Con el tiempo y poco a poco las decoraciones
en forma de joyería comenzaron a adquirir un aspecto más decorativo, aunque los
motivos de estas joyas no se pierden. Tenemos decoraciones con motivos
florales, con estampados de animales, con signos de elementos que nos permiten
determinar fácilmente que son y a que se
refieren. A menudo, estos signos son de designación particular, y dependen del
dueño de la joyería o el orfebre que las creo.
Un excelente ejemplo es la
decoración de los niños egipcios. Estos representan a menudo el
escarabajo, que
durante toda su vida les significará un propósito específico. Aros de oro con
perlas en infantes pequeños, y que además y actualmente son para mantener un
orificio que a futuro será usado por el objeto que quiera cuando sea un
individuo mayor.
Cualquiera
de estos productos se puede adquirir comúnmente en cualquier joyería por ser
objetos comunes en ellas. Existen también objetos de joyería colgante en la
forma de unas letras mayúsculas, como también colgantes con el nombre o el
apellido. Existe una tradición de dar a los niños la primera cuchara de plata cuando
le sale el primer diente, y los aritos para abrir la oreja cuando nace, o cuando una niña cumple 5 años se le regalan aros definitivos de oro. En las siguientes
fechas los niños reciben cadenas, pulseras, colgantes de figuras etc., que permanecen con ellos
de por vida y se puede transferir por herencia a sus descendientes.
Escrito por: Alejandro Glade R.
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