Milagro de San Eloy Parroquia San Juan Bautista, Salbertrand Italia |
San Eloy fue el más famoso
orfebre de Francia en el siglo VII (orfebre es el que labra objetos de plata u
oro).San Eloy (o Eligio, que es lo mismo)
significa: "el elegido, el preferido".
San Eloy con clientes, pesando metal Autor: Petrus Christus |
Dios le concedió desde muy
pequeño unas grandes cualidades para trabajar con mucho arte el oro y la plata.
Nació en el año 588 en Limoges (Francia). Su padre, que era también un artista
en trabajar metales, se dio cuenta de que el niño tenía capacidades excepcionales
para el arte y lo puso a aprederlo bajo la dirección de Abon, que era el
encargado de fabricar las monedas en Limoges.
Cuando ya aprendió bien el arte
de la orfebrería se fue a París y se hizo amigo del tesorero del rey. Clotario
II le encomendó a Eloy que le fabricara un trono adornado con oro y piedras
preciosas. Pero con el material recibido el joven artista hizo dos hermosos
tronos. El rey quedó admirado de la honradez, de la inteligencia, la habilidad
y las otras cualidades de Eloy y lo nombró jefe de la casa de moneda (todavía
se conservan monedas de ese tiempo que llevan su nombre).
Nuestro santo fabricó también los
preciosos relicarios en los cuales se guardaron las reliquias de San Martín,
San Dionisio, San Quintín, Santa Genoveva y San Germán. La habilidad del
artista y su amistad con el monarca hicieron de él un personaje muy conocido en
su siglo.
Eloy se propuso no dejarse llevar
por las costumbres materialistas y mundanas de la corte. Y así, aunque
Cuadro de Manuel Deutsch Niklaus, San Eloy en su taller |
Un día Clotario le pidió a
nuestro santo que como todos los demás empleados jurara fidelidad al rey. Él se
negaba porque había leído que Cristo recomendaba: "No juren por
nada". Y además tenía miedo de que de pronto al monarca se le antojara mandarle
cosas que fueran contra su conciencia. Al principio el rey se disgustó, pero
luego se dio cuenta de que un hombre que tenía una conciencia tan delicada no
necesitaba hacer juramentos para portarse bien.
San Eloy se propuso ayudar a cuanto
esclavo pudiera. Y con el dinero que conseguía pagaba para que les concedieran
libertad. Varios de ellos permanecieron ayudándole a él durante toda su vida
porque los trataba como un bondadoso padre.
Al santo le llamaba mucho la
atención alejarse del gentío a dedicarse a rezar y meditar. Y entonces el nuevo
rey Dagoberto le regaló un terreno en Limousin, donde fundó un monasterio de
hombres. Luego el rey le regaló un terreno en París y allá fundó un monasterio
para mujeres. Y a sus religiosos les enseñaba el arte de la orfebrería y varios
de ellos llegaron a ser muy buenos artistas. Al cercar el terreno que el rey le
había regalado en París, se apropió de unos metros más de los concedidos, y al
darse cuenta fue donde el monarca a pedirle perdón por ello. El rey exclamó: "Otros
me roban kilómetros de terreno y no se les da nada. En cambio este bueno hombre
viene a pedirme perdón por unos pocos metros que se le fueron de más". Con
esto adquirió tan grande aprecio por él que lo nombró embajador para tratar de
obtener la paz ante un gobierno vecino que le quería hacer la guerra.
San Eligio (actualidad) |
Por sus grandes virtudes fue
elegido obispo de Rouen, y se dedicó con todas sus energías a obtener que las
gentes de su región se convirtieran al cristianismo, porque en su mayoría eran
paganas. Predicaba constantemente donde quiera que podía. Al principio aquellos
bárbaros se burlaban de él, pero su bondad y su santidad los fueron ganando y
se fueron convirtiendo. Cada año el día de Pascua bautizaba centenares de
ellos. Se conservan 15 sermones suyos, y en ellos ataca fuertemente a la
superstición, a la creencia en maleficios, sales, lectura de naipes o de las
manos, y recomienda fuertemente dedicar bastante tiempo a la oración, asistir a
la Santa Misa y comulgar; hacer cada día la señal de la cruz, rezar
frecuentemente el Credo y el Padrenuestro y tener mucha devoción a los santos.
Insistía muchísimo en la santificación de las fiestas, en asistir a misa cada
domingo y en descansar siempre en el día del Señor. Prohibía trabajar más de
dos horas los domingos.
Cuando ya llevaba 19 años
gobernando a su diócesis, supo por revelación que se le acercaba la hora de su
muerte y comunicó la noticia a su clero. Poco después le llegó una gran fiebre.
Convocó a todo el personal que trabajaba en su casa de obispo y se despidió de
ellos dándoles las gracias y prometiéndoles orar por cada uno. Todos lloraban
fuertemente y esto lo conmovió a él también. Y el 1º. de diciembre del año 660
murió con la tranquilidad de quien ha dedicado su vida a hacer el bien y a amar
a Dios.
Leyenda sobre milagro de San Eloy.
Retablo, milagro de San Eloy |
La escena representa uno de los
episodios más conocidos de la vida de san Eloy. La leyenda cuenta que, siendo
san Eloy herrero, debía herrar a un caballo que, poseído por el demonio, no
dejaba de dar patadas. Para realizar su tarea con mayor facilidad, le corto la
pata delantera y la herró sobre el yunque, volviendo a colocar el miembro al
animal milagrosamente. Como apunta Louis Réau, (10) la leyenda debió nacer
tiempo después de la muerte del santo, ya que la práctica de herrar caballos no
se generaliza en Occidente hasta el siglo XI y san Eloy, como ya hemos
señalado, vivió en el siglo VII.
Escribe: Alejandro Glade R.
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