Por lo general la mayoría de las joyas de oro blanco están
recubiertas con un baño de rodio, (Baño
de rodio es un proceso de electrólisis por inmersión de joyas, utilizada por lo
general en la alta joyería, con esto se consigue acabados de gran calidad). No
sólo ayuda a proteger la joya, sino, que blanquea las piezas de forma muy
especial, embelleciendo y dando vida a tus joyas. Es precisamente por esto que
este proceso le imparte al producto un tono platino, además que, protege a esta
aleación de la oxidación. Sin embargo, los propietarios de estas joyas a veces
notan la aparición de un color amarillento en las superficies de aros, anillos
y pulseras. La mejor solución para este problema será llevarlos al taller de
joyería, donde el especialista reanudará
el recubrimiento de rodio. Para evitar la decoloración prematura de sus joyas
favoritas, debe seguir ciertas reglas para usarlas y cuidarlas.
Los aros, colgantes y pulseras de
oro blanco no se deben de forma permanente, estos deben quitarse. El contacto
constante con la piel, o más bien con las grasas y la química orgánica, que
están contenidas en los cosméticos y perfumes, conducen a la inevitable
destrucción del recubrimiento de rodio. Además, el desgaste constante, se debe
a que las joyas están constantemente sujetas a fricción, y no se puede hacer
nada en contra de las leyes de la física, por lo tanto, en los anillos y las
cadenas, que a menudo se usan diariamente, después de aproximadamente 4 a 5
años, se les puede notar pequeños destellos de color dorado o amarillento.
Estos pueden aparecer durante caídas
o al estar en contacto con otras joyas en una misma caja. Por lo general, las ralladuras
o los rasguños se “curan” mediante el pulido, pero, el recubrimiento de rodio
durante ese procedimiento se pierde.
Cómo debemos retrasar la aparición de estos fenómenos indeseables,
como ralladuras, cambios de color, o pérdida del baño..
En primer lugar, siempre debe
quitarse la joyería de oro blanco antes de hacer alguna tarea con sus manos, no
usarlas cuando se va a la piscina o al sauna, y nunca ponerse estas después de
haber hecho algún maquillaje, tratamiento de cabello, manicura y usos de perfumes,
en general debe minimizar el contacto del metal con productos químicos.
En segundo lugar, mantenga los
anillos, las pulseras, los colgantes, las cadenas y los broches de oro blanco
en cajas separadas para evitar contacto y así no se rallaran las superficies de
las joyas.
En tercer lugar, durante la
limpieza de rutina de las joyas, no utilice productos químicos agresivos
fuertes, como cepillos duros y agua con temperaturas extremas como frías o calientes.
Ahora, conociendo los secretos
del cuidado de las joyas en oro blanco, al ser caras muchas de ellas, debemos
preocuparnos para que perdure su belleza y esta no sea transitoria.
Escrito por: Alejandro Glade R.
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