Cuando Carl Faberge reflexionaba
sobre la idea de facetar perlas, los compañeros y empleados joyeros se reían
entre dientes por sus locas fantasías. En ese tiempo era imposible imaginar que
la tecnología permitiría modificar las perlas, haciéndolas aún más hermosas.
Aunque comúnmente se cree que las
perlas son la encarnación de la belleza
natural creada por la propia naturaleza, y que no necesitan ninguna
intervención para hacer cambios a su apariencia. Los joyeros fueron más
allá y agresivamente sometieron a la perla para hacer lo que pensaba el
ahora famoso Faberge. Sin embargo, debido a las peculiaridades de la estructura
de la perla, no pudieron hacerlo, porque los procesos de modificación en la
perla la mayoría de las veces le causaba daños irreversibles a la perla.
En estas experimentaciones con
perlas los más persistentes fueron los japoneses, que en 1967, abordaron
densamente el tema y durante 20 años
probaron diligentemente una variedad de materiales. Fueron perlas sintéticas y
muestras de ellas de diferentes partes del mundo. Podemos imaginar cuántas
perlas se perdieron en el campo de experimentación y la ciencia. Y después de
muchas pruebas y errores, las perlas finalmente estuvieron listas y adecuadas
para ser facetadas. Las perlas fueron traídas desde Tahití y las islas de los
Mares del Sur.
No muchos joyeros decidieron seguir el ejemplo de sus contrapartes japoneses. Hoy en día, las perlas se tallan en países como China, Australia y Rusia. Y las joyas que se crean con estas increíbles perlas se producen sólo para creaciones individuales, por lo que son mucho más valiosas.
La simetría es clara, las proporciones
son ideales, y entregan un juego perfecto de luz, este es el resultado que
lograron estos magníficos joyeros en las modificaciones y facetados de las
perlas. Ya existe algunas colecciones de estas perlas presentadas en anillos,
colgantes y aros, elementos que juegan con muchas facetas. Estas son joyas para
aquellos que saben mucho sobre el arte, que siguen siempre el ritmo de los tiempos,
y siguen siempre al ritmo de la tecnología moderna y la belleza natural.
Al conocer la existencia de las
perlas facetadas, los amantes de estas maravillas
comienzan a buscar en todas partes este milagro. Sin embargo, hay que estar
alerta, existen muchas falsificaciones conforma de perlas y con facetados
especiales, los vendedores sin escrúpulos hacen engaños con perlas de río, perlas
que son conocidas por su facilidad de cultivo, y con un nácar frecuentemente más pegado a su núcleo. Tenga
cuidado, el precio de las verdaderas perlas facetadas siempre es muy alto, no
encontrará muestras baratas en existencia, ni en cualquier joyería. Los
trabajos con dichas perlas se presentan sólo en las colecciones originales de
algunos joyeros, muchas veces ni siquiera se pueden comprar, ya que a menudo
son exhibiciones y muestras sólo de exposiciones.
Escrito por: Alejandro Glade R.
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