La bisutería tiene sus derechos. ganados con justicia, para ornar la figura femenina y para ocupar un lugar de honor en este artículo. Se define a la bisutería como una "joyería de imitación". La ciencia, la técnica, el descubrimiento y aplicación de nuevos materiales, va borrando lentamente la frontera entre la joyería y la bisutería. Incluso dentro de la joyería tradicional, ya se acepta como legítimo el concepto de "parecer". El oro blanco parece platino. La perla cultivada parece perla natural (¡y lo es, sin duda!). El circón parece diamante. El enchapado o el dorado de cierta cantidad de micrones parece oro y mientras se diga que es dorado o enchapado, todo está bien.
La joyería tradicional está utilizando cada vez mas piedras que antes sólo se admitían en bisutería. El propio rubí, que antes era tema recurrente en historias de princesas orientales, es fabricado por el hombre desde hace mas de un siglo, logrando la más acabada imitación del rubí que se encuentra en la naturaleza.

Además, imperiosas razones de seguridad en nuestros países, aconsejan confundir a los ladrones, ofreciendo bisutería de menos costo como tema de sus rapiñas... sin impedir que las bellas sigan siendo bellas.
Por último, el imperio de la moda muestra que joyería y bisutería no compiten en términos de mercado: se suman y se complementan, dándole a cada cual la oportunidad de lucir sus pergaminos a diferentes horas del día.
Por: Alejandro Glade Reyes.
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